sábado, 27 de junio de 2009

¿Sería eficaz la autogestión de los centros educativos?

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Hola,
En el blog de la FAPAR he leído el artículo "Un estudio promueve una reforma educativa basada en la autogestión de los colegios", en referencia a un estudio publicado en la Revista Española de Pedagogía:

“ Investigadores de la Universidad de Murcia (UM) abordan la cuestión de la cooperación entre familia y escuela proponiendo un cambio en la estructura organizativa de la escuela que permita a la familia participar activamente en la gestión de la escuela y hacerse co-responsable del proyecto educativo del centro”.

Soy representante de madres y padres de alumnos en el consejo escolar de un centro público. Salvo si la Administración modifica las normativas e introduce mecanismos de control eficaces que garanticen la democracia de esta gestión, creo que esta propuesta no será efectiva y al contrario, podría perjudicar aún más a las ya dañadas relaciones familia-escuela.

Actualmente existen los consejos escolares donde participan representantes de las familias. Teóricamente el consejo escolar es el órgano de máxima decisión del centro, pero en la práctica, en muchos de ellos su actuación se limita a aprobar el proyecto de presupuesto, alguna mejora en las instalaciones del centro… En nuestro colegio, nunca se analiza ni valora el funcionamiento general del centro, ni la evolución del rendimiento escolar, ni los resultados de las evaluaciones del centro realizadas por la administración educativa. Cualquier solicitud de información adicional se encuentra con la desaprobación y una discusión improductiva con la dirección del centro, que ni siquiera acepta facilitar a los representantes de madres y padres una copia de las actas del consejo escolar. Coincido totalmente con los autores del estudio cuando hablan de "la escasa voluntad del profesorado para implementar mecanismos que hagan posible la participación efectiva de las familias en la gestión de los centros de enseñanza".
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Otro ejemplo es el proceso de modificación de la jornada escolar que según las normativas debe ser democrático y una decisión consensuada de toda la comunidad educativa. Pero, ¿qué ocurre realmente en muchos centros? Es conocido que la jornada continua es una reivindicación laboral de los docentes y es totalmente legítima. No obstante, los docentes controlan todo el proceso de modificación de la jornada escolar, desde la información que se facilita a las familias hasta el escrutinio de las votaciones. Cada año, muchas familias se quejan de que en algunos centros los únicos que pudieron exponer su punto de vista fueron los docentes, que no existía o que se les negó el debate, que el voto no fue secreto o que los padres tuvieron que indicar el nombre de sus hijos en la papeleta. Y a pesar de todas estas anomalías, esto centros consiguieron implantar la jornada continua.

Si no existen mecanismos que aseguren que las decisiones se tomarán ante todo en el interés de los alumnos, la autonomía y la autogestión de los centros podrían perjudicar todavía más a nuestra educación.

En lo que se refiere a la participación de las familias en esta gestión se plantearía el mismo problema que con los representantes de padres:
- familias dispuestas a colaborar pero que tienen un horario laboral incompatible con los horarios de las reuniones del centro (los comercios en nuestro país suelen cerrar a las 20h30),
- madres y padres que trabajan, y que después de su jornada laboral prefieren dedicar su escaso tiempo libre a su familia,
- familias que no tienen formación académica alguna y no quieren participar porque no se sienten capacitadas para ello.
En las reuniones de nuestro centro habitualmente están presentes todos los docentes y siempre faltan algunos representantes de padres por motivos laborales o personales.

Finalmente, me gustaría añadir un comentario en relación con estas frases del artículo:
“... Los pedagogos alertan del hecho de que las familias "empiezan a considerarse clientes, consumidores de los servicios educativos, a los que demandan mayor calidad en los productos. Se limitan a exigir servicios y a elegir los centros que mejor satisfacen sus preferencias”...
"... El problema, desde el punto de vista pedagógico, tiene dos caras: en primer lugar, la desconfianza de los progenitores con respecto al trabajo profesional de quien ejerce la docencia y, como apunta Ortega, “la resistencia a colaborar en una labor de la que no se sienten co-responsables”...
Los centros educativos se niegan siempre a que se les compare a una empresa. Tienen razón, no son empresas, pero quizás deberían comenzar a plantearse trabajar como ellas porque el sistema actual esta demostrando que no funciona.
Muchas familias conocen perfectamente la realidad laboral en las empresas: saben que tienen que conseguir resultados, esforzarse día a día, realizar un trabajo eficiente, alcanzar unos objetivos de calidad y satisfacer las necesidades de sus clientes. De lo contrario, la empresa no sobreviviría y ellos perderían su puesto de trabajo. Los centros educativos no necesitan conseguir buenos resultados para sobrevivir, y los docentes no tienen que demostrar que son buenos profesionales aunque sus alumnos no consigan buenos resultados académicos y abandonen los estudios prematuramente. Tengo la impresión que muchas familias consideran que nuestro sistema educativo no es suficientemente exigente con el trabajo de los docentes y que quizás éste sea una de las razones de los malos resultados de nuestra educación.

Un cordial saludo.
Mail enviado por Martina (Madrid)

12 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que funcionaría porque a los centros no les gustan que las familias se inmiscuyan en su gestión.

Juan dijo...

Participar en la gestión de un centro requiere una formación y unos conocimientos que la inmensa mayoría de las madres y de los padres no tienen.

Además, la jornada laboral de muchas familias se termina a las 17h-18h si trabajan en oficinas, o a las 20h-20h30 si trabajan en comercios.

¿A qué hora se tendrían que hacer las reuniones de gestión en el centro?

Eva dijo...

En teoría, las familias a través de las asociaciones de padres y de los representantes de madres y padres de alumnos ya participan de alguna manera en la gestión de los centros.
Antes de ampliar su cooperación, convendría analizar si esta participación es eficaz, y en el caso contrario, determinar las posibles causas e implementar medidas correctivas.
Los centros educativos necesitan equipos de gestión competentes y no todas las madres ni todos los padres tienen la preparación adecuada para ello.

ANDREA dijo...

Sería necesario (e interesante) analizar los motivos de “la desconfianza de los progenitores con respecto al trabajo profesional de quien ejerce la docencia” y de “la resistencia a colaborar en una labor de la que no se sienten co-responsables”.

Creo que estos dos problemas se deberían solucionar antes de plantearse la implementación de este modelo de autogestión.

Anónimo dijo...

Yo no creo que sería eficaz y además complicaría todavía más las relaciones entre familias y escuelas.
Con este modelo de gestión, se volvería a traspasar a las familias un problema que debería solucionar la Administración, como en el caso de la jornada laboral de los docentes, que depende de la decisión de las familias en cada centro educativo, en vez de ser una negociación entre los representantes sindicales y la Administración.

Susana dijo...

Hola,
Antes de plantear la autogestión de los centros, recomiendo la lectura del documento “¿Es pública la escuela pública?” de Mariano Fernández Enguita (Catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca).
http://campus.usal.es/~mfe/enguita/Textos/CdP.PDF
Un saludo.

Grupo Jornada Escolar dijo...

Podéis ver el documento ¿Es pública la escuela pública? de M. Fernández Enguita haciendo clic aquí.

Pedro dijo...

Me parece que antes de proponer la autogestión de los centros sería conveniente analizar los resultados del informe TALIS.

En el artículo “Otro toque de atención” publicado en El País el 16.06.09, podemos leer: “el informe nos muestra que somos los más bajos en liderazgo pedagógico (incidencia en lo pedagógico) y de los más bajos en liderazgo administrativo (incidencia en la gestión): la capacidad real de los equipos directivos es prácticamente irrelevante”.

Creo que es prioritario identificar las causas de esta falta de capacidad de los equipos directivos y tomar medidas para corregir esta situación. Sólo una vez solucionado este problema, se podría plantear la conveniencia o no conveniencia de involucrar a las familias en la gestión de los centros.

Patricia dijo...

Fui representante de madres y padres de alumnos de nuestro centro durante 4 años. Mi opinión es que para los docentes la participación de las familias en el consejo escolar es una intromisión en sus asuntos. Ignoro los motivos, pero me parece que sienten cierto recelo ante nuestra presencia. No creo que sería efectivo involucrar más a las familias en la gestión de los centros educativos y que podría ser perjudicial para la convivencia escolar.

Alexandra dijo...

Si la gestión actual en los centros educativos no es eficaz, quizás sería necesario implementar algún sistema de control de gestión para mejorar la planificación y la organización, la coordinación de los recursos y el control de los resultados para poder poner en práctica acciones correctivas cuando la realidad se desvía de las previsiones. Involucrar a las familias antes de solventar el problema de gestión sólo complicaría más la situación.

José Antonio dijo...

Creo que hay que escuchar a las familias, tener en cuenta sus opiniones y situaciones personales, pero no me parece una buena idea que los padres se impliquen demasiado en la gestión de los centros.
Por una parte, ¿quién garantiza que estos padres están capacitados para desempeñar esta función de manera eficiente?
Por otra, se presenta el mismo problema que el que ya existe con los representantes de madres y padres de alumnos o con los miembros de las Ampas: no hay ninguna garantía de que estas personas defiendan ante todo los intereses de los alumnos, ni que respeten la opinión de la mayoría de las familias que representan.
En el tema de la jornada escolar hay juntas directivas de Ampas favorables a la jornada continua, que apoyan a los docentes y niegan el diálogo a los padres. Algunas de ellas hacen propaganda de los (hipotéticos) beneficios de la jornada continua, mientras que la inmensa mayoría de las Federaciones de asociaciones de madres y padres consideran la jornada partida más adecuada para la educación de los alumnos.

Marisol dijo...

Creo que los lectores que han publicado un comentario en esta entrada han tenido alguna experiencia desafortunada con su centro, porque no me parecen muy optimistas. Yo creo que todo depende del equipo directivo del centro. En nuestro caso es un colegio bastante nuevo, con gente joven, ilusionada y con ganas de hacer cosas para mejorar la educación. Confío en ellos porque de momento no nos han defraudado, y me parece que sería positivo trabajar juntos.