miércoles, 24 de junio de 2009

Mejorar las relaciones familia-escuela


La jornada continua es una reivindicación laboral totalmente legitima de los docentes.

Cuando un centro educativo pide a las familias votar a favor de la jornada continua, en el fondo les está pidiendo que aprueben la jornada laboral continua de los docentes. Y el problema es que si los padres no están de acuerdo, se suelen producir enfrentamientos en las comunidades educativas.

No es normal que sean los padres los responsables de determinar el horario laboral de los docentes. Es un tema que deberían negociar sus representantes sindicales con la Administración. Entonces, las relaciones familia-escuela mejorarían indudablemente.
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Mail enviado por Patricia R.

8 comentarios:

Juan dijo...

Estoy de acuerdo. Si la jornada lectiva de los alumnos se estableciera exclusivamente por motivos pedagógicos y que los sindicatos negociaran la jornada laboral de los docentes con la Administración, se evitarían muchas discusiones lamentables, desagradables e inútiles.

Lucía dijo...

No estoy segura que mejoraría la relación, porque una vez que se ha perdido la confianza es muy difícil recuperarla.
En nuestro colegio, la actuación del equipo directivo y de algunos docentes durante el proceso de implantación de la jornada continua decepcionó a muchas familias. En nuestro caso creo que es demasiado tarde, pero para los centros donde todavía no se ha intentado modificar el horario escolar se evitaría la degradación de la relación.

Alberto dijo...

Cuando nuestro centro propuso modificar el horario escolar, estalló la guerra. La Administración no debería permitir esta situación que degrada las relaciones entre las escuelas y las familias. Estoy de acuerdo con el comentario de Lucía, y una vez que el mal está hecho, es difícil volver atrás, pero se puede prevenir en otros centros educativos.

Anónimo dijo...

Es ilógico y perjudicial para la convivencia escolar que las familias sean quienes tengan que decidir la jornada laboral de los profesores y maestros de sus hijos.

Observé perplejo la situación que se produjo en nuestro centro, en un país que se supone democrático.

Opino que la Administración debería intervenir, por una parte para evitar que ciertos docentes dediquen más tiempo en intentar conseguir la jornada laboral continua que en mejorar la educación de sus alumnos, y por otra, para que su actuación no continúe desprestigiando su profesión.

Elena dijo...

En nuestro caso, la presión y la actitud de algunos maestros y de la directora del centro nos decepcionaron tanto que este año hemos cambiado a nuestro hijo de colegio.

Marisol dijo...

Yo también creo que el horario laboral debería ser una negociación entre los sindicatos y de la Administración y no depender de la decisión de los padres. Este tema deterioró mucho la relación entre familias y el profesorado de nuestro colegio, pero también entre familias con el AMPA que estaba favorable al cambio de horario y tuvo una actitud poco respetuosa con muchos padres que supuestamente estaba representando. El resultado es que muchas familias ahora se niegan a colaborar con el centro y el AMPA porque según ellos “de todas maneras harán lo que quieran”.

Anónimo dijo...

La modificación de la jornada escolar requiere muchas horas de trabajo por parte de los docentes y me parece que tal como están los resultados académicos en nuestro país, este tiempo se debería invertir en mejorar la educación y no en intentar mejorar su horario laboral. Creo que esta decisión debería depender de sus sindicatos y de la Administración.

Anónimo dijo...

Es un tema laboral. No se debería implicar a las familias.