sábado, 31 de enero de 2009

El horario escolar experimental: ¿una buena alternativa?

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Ayer, uno de los participantes en este blog abordó el tema del horario con carácter experimental, es decir, la implantación de un u otro horario por un periodo de prueba determinado, habitualmente un año, con la promesa de que se volverá al horario anterior si la experiencia no resulta satisfactoria. En este caso concreto, se hacia referencia a la jornada continua.

Esta alternativa tiene un problema: aunque los objetivos no se hayan alcanzado después de este primer año y que la experiencia no resulte satisfactoria, será prácticamente imposible volver a la jornada partida. La explicación es bastante lógica: el horario continuo permite al profesorado trabajar solamente por la mañana y es comprensible que se opondrá a cualquier propuesta que pueda obligarle a volver a trabajar por la tarde. Cualquier propuesta de modificación del horario escolar debe ser aprobada por el Consejo Escolar y es evidente que en este caso, el profesorado la rechazará.

El Profesor de Sociología de la Educación de la UCM, Rafael Feito, explica en su informe Tiempos escolares:

"... Los partidarios de la jornada continua presentan el dato de que no haya habido ningún centro que haya vuelto de esta jornada a la partida, como prueba irrefutable de satisfacción. Es un argumento más que discutible. El paso de la partida a la matinal cuenta con el beneplácito del profesorado. El posible paso inverso contaría con su oposición frontal..."

En el informe La hora de la escuela, Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología en la Universidad de Salamanca, explica:

"... El problema es que ni la mejora ni siquiera el no empeoramiento de las actividades escolares están garantizados; los comedores, cuando menos, peligran, y las actividades extraescolares, como veremos, encuentran serias dificultades y suelen entrar en decadencia. Pero todo esto sólo se comprueba después, cuando ya no hay marcha atrás que valga..."

En lo que se refiere al horario experimental, Fernández Enguita añade:

"...Para empezar, cabe dudar si alguien se ha propuesto alguna vez evaluar verdaderamente la experiencia del cambio de jornada. El autor de estas líneas debe confesar que le ha costado mucho tiempo terminar de comprender qué quiere decir experimental en el mundo de la enseñanza primaria. En el ámbito científico se experimenta algo sólo con la extensión necesaria para obtener información suficiente, en condiciones de control lo más exhaustivo posible y procediendo a un análisis intensivo del proceso y de los resultados. Sin embargo, la nueva jornada se generaliza a regiones enteras, no se arbitra ningún control de las otras variables que puedan influir en los resultados que se consideran relevantes y no se somete a observación ni a análisis intensivo alguno. ¿Qué quieren decir, entonces, con el término experimental, cuando ningún centro, entre varios miles ya, ha llegado a la conclusión de que haya ido mal? O se ha descubierto la panacea universal o, en realidad, sólo quería decir esto: si no se derrumba el colegio, es que ha ido bien...". (p.105)

Las familias, por lo tanto, deben ser muy críticas a la hora de valorar el proyecto que se les propone. Si éste no ofrece las garantías suficientes para demostrar que se podrán cumplir los objetivos de mejora ni que este horario sea más adecuado para el aprendizaje de los niños, sería más conveniente rechazar la propuesta hasta que los autores hayan mejorado el proyecto. Siempre podrán volver a presentarlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El año pasado se implantó en nuestro colegio la jornada continua con carácter experimental. Han pasado cuatro meses y en resumen, la situación es la siguiente:
1. los alumnos tienen retraso sobre el programa y para recuperarlo los profesores han aumentado los deberes de los alumnos... que tienen menos tiempo para descansar o hacer actividades extraescolares;
2. el centro solamente abre 2 tardes por semana para realizar actividades extaescolares porque la oferta ha disminuido considerablemente;
3. muchas familias han tenido que inscribir a sus hijos a actividades en academias del pueblo;
4. algunos familiares de avanzada edad tienen que cuidar de sus nietos porque los padres trabajan por la tarde;
5. otras familias que no disponen de medios economicos para inscribir 2 horas diarias sus hijos a actividades extraescolares tienen dificultades para encontrar amigos y familiares dispuestos a cuidar de sus hijos por las tardes.
La dirección del centro no ha facilitado a los padres ningún estudio de seguimiento y evaluación de la situación y no parece tener la menor intención de plantearse volver a la jornada partida, aunque parece ser que esta experiencia no sea satisfactoria para los alumnos y sus familias.

Daniel dijo...

IMPORTANTE: una vez que se aprueba la jornada continua en un centro, aunque sea de forma experimental, el proceso es irreversible: es necesario el apoyo de dos tercios del Consejo Escolar, y la vuelta a la partida no prosperará sin el apoyo de los profesores.